LEIA Y HAN – La princesa rebelde y el apuesto sinvergüenza

¡Hola, amigos de lo curioso! Disculpad mi ausencia. Espero que no hayáis echado demasiado en falta mis particulares extravagancias. He vuelto a aporrear las teclas de este blog, muy serio en general, para ~~daros la tabarra una vez más~~ hablaros de los icónicos personajes de La Guerra de las Galaxias Leia Organa y Han Solo.

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…

Bueno, en realidad, la idea de escribir esta entrada se me ocurrió ayer, May the Fourth, día de Star Wars en el planeta Tierra.

Pensé que, si un desconocido me paraba por la calle y me preguntaba cuánto había influido la pareja de Han y Leia en mis ideales románticos en una escala del 1 al 10 (algo que espero que suceda de un momento a otro, por su alta probabilidad), le respondería con una cifra cercana al millón.

No puedo recordar la primera vez que vi la trilogía original, ni tampoco las veces que la he vuelto a ver desde entonces (la cifra sería tan astronómica como la de mi encuesta imaginaria), pero lo que sí tengo claro es que, tanto antes como ahora, en las escenas en las que aparecen juntos y saltan las chispas, no puedo despegarme de la pantalla. Y es que, ¿qué sería de una historia sin un buen romance de por medio? Por mucho que se denigre el género romántico, EL AMOR, contado con personajes carismáticos, con sus tiras y aflojas, sus comienzos, su dificultades y su final feliz, GUSTA. Es innegable que la trama global de Star Wars es excelente, que todos los personajes son maravillosos tanto solos como acompañados, que Darth Vader es el mejor villano de todos los tiempos, y que hablar como Yoda obligatorio es. Sin embargo, no hay que olvidar que la interestelar saga nos ha dejado escenas románticas que llegan a la categoría de culto. En especial en su Episodio V: El Imperio Contraataca.

La razón principal, sin duda alguna, son los perfiles de la princesa y el contrabandista (ummm… buen título para una novela….).

Por un lado tenemos a Leia Organa de Alderaan (interpretada por la inolvidable Carrie Fisher). Es una princesa, sí, pero no de las que se hacen moratones con guisantes. Ejerce un cargo político elevado y, no contenta con eso, se convierte en una importante líder de la rebelión contra el Imperio. Es fuerte, leal, valiente, independiente… y se siente atraída por un auténtico sinvergüenza. ¿Tiene todas la cualidades de las heroínas románticas que nos gustan, o solo me lo parece a mí?

Por otro lado tenemos al contrabandista más guapo de la galaxia (¿hay una sonrisa más canalla y magnética que la de Harrison Ford? Permitidme que lo dude…). Tiene un pasado turbio que lo persigue, parece que solo disfruta con sacar de quicio a Leia (perdón, pero cada vez que escribo «solo» en esta entrada, lo veo a él, ¿no os pasa?), que no le importa nada más que el dinero y que lo único de lo que se preocupa es de sí mismo. Pero todos sabemos que no es así. Es protector, seductor y arriesga la vida por aquellos a los que quiere. Eso también nos suena bastante…. ¿a que sí?

Vale, lo confieso, quería sacar a Chewie… no es cuestión de hacer de menos su sonrisa, que es un wookie muy atractivo.

En fin, que dos personajes de tal envergadura, con las situaciones de amor y acción que viven, ¿cómo no iban a ser una influencia importantísima en la soñadora que habita en mí?

Y, ahora, queridos lectores, si habéis llegado hasta aquí os estaréis preguntando… ¿y qué curiosidad tiene esto?

Pues ninguna. Solo (¡otra vez!) quería poner una imagen de Harrison Ford…

¡Venga, que es broma! Sí que he descubierto una pequeña curiosidad que quería compartir con vosotros.

Entre las escénicas icónicas de las que hablaba más arriba, hay dos archiconocidas (y preciosas *suspiro* *suspiro*) con unas frases que pasarán a la historia.

«Te gusto porque soy un sinvergüenza»

«-Te quiero» / «-Lo sé»

«Te gusto porque soy un sinvergüenza» «-Te quiero / – Lo sé»

Una de ellas se mantiene igual en su adaptación al cómic y a la novela. La otra, no. ¿Queréis saber cuál es y su nueva versión? Pues no os hago esperar…